martes, 4 de octubre de 2022

 

LA BÚSQUEDA DE NUESTRA IDENTIDAD EN EL PASADO

 

Peña Cumpa, Tanjha Graciela 

tanjha.gem@gmail.com

06-09-2022

 

INTRODUCCIÓN

           La época colonial trajo nueva forma de vida y consigo una nueva arquitectura, los ideales en aquel entonces para muchos historiadores surgían de pensamientos liberales debido a la opresión de los españoles, pues la opinión peruana no tenía reconocimiento lo que conllevó a una suma de mezclas académicas. Entre los años 1910 a 1945 este estilo para algunos se valoriza por la nueva arquitectura gravada en la historia. Por ello, aunque mucha gente crea que el uso de edificios de épocas antiguas puede ser una desventaja para nuestro patrimonio, en realidad tiene una ventaja porque como fuente material de la historia la arquitectura es centro de atención para la expresión como todas las artes. La frase: “La tradición de tantas excelencias yace dormida en la conciencia de todos, pero no muerta. Basta un poco de estudio y meditación para que la sintamos en nuestro ser profundo”. (Acevedo,1967, p. 98) demuestra que en todo tiempo ha existido el querer identificarse y que para ello la investigación en el pasado ayuda con la identificación de nuestra cultura a pesar de haber estado conquistado por otra sociedad. El debate que se presenta a partir de esta nueva arquitectura mantiene las riquezas del pasado colonial, considerando la extensión que abarcó en Latinoamérica, se reconoce para muchos arquitectos el gran impacto ante la sociedad. Sin embargo, no todos sostienen el mismo ímpetu de identificarse con el estilo propio que lo caracteriza. En los siguientes párrafos se presentarán tres argumentos que respaldan la opinión vertida.

 

La Defensiva

              En primer lugar, como antecedentes de la arquitectura republicana en el siglo XIX en el Perú, el estilo neocolonial inicia con dos importantes obras, una es La casa de la Literatura diseñada por Rafael Marquina y el Palacio Arzobispal por Ricardo de Jaxa Malachowski. En ellas se emplearon elementos tradicionales como los balaustres de madera, azulejos y molduras en forma de abanico. Marquina, como arquitecto, impulsaba a sus estudiantes a rescatar el patrimonio arquitectónico, pues para él fue símbolo de identidad. Más allá de sus ideales planteaba una mezcla de cultura española con la peruana, es así que se reconocen elementos como las columnas dóricas, simetría totalmente en su fachada, balaustres y cornisas. Es así donde se relaciona con los nuevos estilos híbridos que hay en la actualidad. Sin embargo, el contexto también sufría por los cambios ideológicos. Según Vargas (2005), la crisis institucional se profundizó por la falta de una ideología de identidad, convirtiendo en un modelo de desarrollo. De este modo también era un mensaje para la sociedad, tener un nuevo pensamiento liberal, lo que sería el principio de futuros estilos cercanos como el neoperuano y el art déco. En este caso se refiere a que algunos elementos aparecerían sin ser de esa época logrando una controversia entre los estudiadores, sim embargo coinciden con la visión de lo nuevo que quería reflejar, ver figura 1.

Figura 1

Portales de la Plaza de Armas de Lima, materialidad después de la reforma.

 

Nota: Tomado del artículo “La reforma neocolonial de la plaza de Armas” (2016) 

Otra de las razones por la que no se pierde la tradición es porque actualmente tenemos diversas fuentes materiales como las escrituras, pinturas, esculturas que tiene también toda la importancia de los registros en aquellos años. En el Perú se hizo hincapié en la zona central de Lima. Según Ramos (2016), Harth-terré sostuvo que estudiar las formas coloniales no era en busca de una mera repetición de motivos, pues pensaríamos que ya no sería nada nuevo, por lo contrario, significaría la vitalidad de esa época, valorizándola y dando mantenimiento a esas obras. Al distinguirlo lo neocolonial como darle una nueva vida lo romantiza produciendo nuevos símbolos en la cultura y siendo un arte verdadero para las generaciones futuras. Entonces para defender la conservación de lo neocolonial también es necesario ver la actualidad. “Este replanteo introspectivo fue común en la celebración de los Centenarios en toda la América española, la reconciliación con la Madre Patria” fue otro hecho en común” (Moretti, 2012, p.2). De modo que tuvieron similitudes extranjeras de procedencia española que era influenciada en ese momento por el Recentismo italiano en tierras españolas. Por lo tanto, la vida moderna necesitaba nuevas tecnologías, nuevos monumentos que no tenías las casas coloniales de barro. Además de integrar materiales propios del lugar e integrarlo con lo nuevo.

 

El Pasado Reconstruido

              En segundo lugar, las evidencias arquitectónicas no son tan protegidas actualmente. En la mayoría de ciudades donde se dio el estilo neocolonial algunas construcciones tienen un buen mantenimiento por el uso actual y función que tienen mayormente en el centro de las ciudades sin embargo existen irregularidades de otros edificios no céntricos, lo que conlleva a una alta vulnerabilidad de destrucciones y pérdidas de evidencias históricas. Según Kahatt (2004), las obras arquitectónicas fueron desentendidas, no fue visto como una variante estilística. Asimismo, hay razones por las que se debe tener en cuenta el cuidado de las edificaciones. Las ventajas que otorga prevalecer un edificio implican también el estudio de las para en cualquier ocasión sea renovada de la misma manera en la que se diseñó, en otras palabras, integrar elementos del pasado precolombino siguiendo los dictámenes potenciados por Piqueras donde se demuestra distintas características neocoloniales como otros países. Estos edificios, si bien se mantuvieron unidas de forma muy estrecha durante la época colonial, muestran disimilitudes a la hora de concebir el estilo a inicios del siglo XX. De modo que las Feliu (2008), nos dice que las instituciones marcaron no sólo unas tendencias, sino también los encargó a determinados artistas y un nuevo arte fue absorbido por la comunidad y ayudó a conformar la nueva imagen nacional. Es decir, se crearon dos tendencias como la academizante que sigue la simetría de los clásicos, criterios de composición, carácter monumental y sobre todo la influencia del estilo neobarroco. Por otra parte, la pintoresca fue una tendencia más liberal con características más densas con los muros llanos, asimetría creando masas sólidas. “Héctor Velarde ostentó la antorcha del neocolonial, aunque de una manera anacrónica ya que esta variante en su arquitectura se manifestó en una etapa posterior a su incursión en el estilo internacional” (Gutiérrez, 2012, p.18), como se muestra en la figura 2.

Figura 2:

Diseño de Héctor Velarde para el Santuario de Santa Rosa de Lima,1939

Nota: Tomado del artículo “Arquitectura de Raíces Hispanas” (2012)

Además, en el “período de dominación neocolonial de las poblaciones indígenas y de retraso en la constitución de una sociedad nacional moderna” (Burga, 2005, p.77). Al analizar las características arquitectónicas el tratamiento de las distintas obras, pues algunas habían sido abandonadas por los grupos más acomodados y otra ocupadas por personas de bajos recursos en lo que respecta el centro histórico.

El Nuevo Pensamiento

              Y, por último, el neocolonial en Latinoamérica cumplió su visión de manera pasiva, mas no de manera vulgar como señalan algunos historiadores. Si bien el neocolonial tiene alcance continental y es rico tratarlo como una unidad, también resulta fructífero evidenciar las características propias de cada región. Esta situación propone la revalorización de las particularidades, aunque no se olvida la pertenencia a un todo mayor. Ello representa la complejidad y la riqueza de tratar temas latinoamericanos. “Aquí la continuidad con lo hispánico se reafirma al adicionarse a una tradición […] desde fines de los años veinte hasta los cuarenta” (Cárdenas, 2009, p.45). Las fachadas tienen un alto lenguaje de forma que cuenta el desarrollo del estilo, como lo había mencionado anteriormente es un periodo de apogeo el cual alcanza su máximo esplendor con todo lo artístico, no solo en la arquitectura si no también en la literatura y filosofía. Por lo tanto, los efectos que producen estos elementos, volúmenes construidos, donde su forma y geometrías ya no era el resultado de lo independiente de la sociedad. Resulta interesante denotar que la instrumentación de los códigos racionalistas, si bien fue un rasgo de la obra pública escolar, no se aplicó a la totalidad de los géneros edilicios. La arquitectura pintoresquista es entendida aquí como variante del neocolonial, visto a su vez como una crítica y una superación respecto al academicismo; pero también como reacción arcaica ante la modernización en sus vinculaciones con el racionalismo. Varias décadas después, según Mariátegui (1979), dice que las distinciones importantes entre la situación colonial y neocolonial reside en las perspectivas de la lucha. Desde este lugar pensamos a esta arquitectura como restringida a una estética donde priman la variedad y la sorpresa y donde su vocabulario de claras asociaciones rurales o vernáculas se adecuaba perfectamente a determinadas búsquedas de “lo provincial”, y que en el caso de Mendoza tuvo su aplicación principalmente en el turismo y en lo doméstico, aunque estos límites no sean estancos. Asimismo, Ramón (2014), nos informa que una agrupación de arquitectos locales lanzó un manifiesto en el calificaba a los estilos de falsificación y copia del pasado. Otra razón por que cumplió su visión es porque existían muchos comentarios Es así donde Noel se convirtió en el principal artífice de la arquitectura neocolonial en su país, abriendo nuevos horizontes y debates culturales porque incluía desde la portada mestizada tomada de la arquitectura arequipeña hasta el balcón limeño de raigambre mudéjar.

CONCLUSIÓN

            Después de todo lo argumentado, se reafirma que, aunque mucha gente crea que el uso de edificios de épocas antiguas puede ser una desventaja para nuestro patrimonio, en realidad tiene una ventaja para nuestra cultura y turismo. El estilo neocolonial sin duda cumplió un papel importante en la arquitectura de modo que abría la visión de la sociedad para crear su identidad, recordadnos a través de sus fachadas lo pintoresco de la época y la otra tendencia academicista. Lo que nos hace reflexionar que hay libertad de expresión en el arte y que no es necesario buscar la violencia para expresarlo. El grado de influencia lo dice todo porque se reflejan en muchos países como México, Argentina, Chile, entre otros. Pues vivir en una sociedad donde se valora estas diferentes obras simboliza que tienen en claro su identidad. En este caso Perú tiene esa identidad nacionalista de este periodo que debe estar protegido por todos los ciudadanos.

REFERENCIAS

Acevedo, Jesús T. (1967). Apariencias arquitectónicas. En Disertaciones de un arquitecto, prólogo de Justino Fernández y notas de Alfonso Reyes y Federico Mariscal, México, INBA-Ediciones de Bellas Artes https://icaa.mfah.org/s/es/item/1125832#?c=&m=&s=&cv=5&xywh=19%2C-889%2C4697%2C2629

Burga, M. (2005) Historia y antropología en el Perú (1980-1998): tradición, modernidad, diversidad y nación. Recuperado el 10 de setiembre de 2022. https://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/libros/Historia/historia_historiadores/pdf/cap1.pdf

Cárdenas, E (2009). Identidad, continuidad y la arquitectura neocolonial. Arquitectura y Urbanismo, XXX (1),40-45. [fecha de Consulta 24 de septiembre de 2022]. ISSN: 0258-591X. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=376839856007

Feliu FranchJ. (2008). La influencia de la intelectualidad en la definición de un arte nacional. La afirmación del Perú de José de la Riva-Agüero. Cuadernos De Arte De La Universidad De Granada, 39, 187-195. Recuperado a partir de https://revistaseug.ugr.es/index.php/caug/article/view/296

Gutiérrez Viñuales, R. (2012). Arquitectura de raíces hispanas: entre los «estilos californianos» y el neocolonial (1880-1940). Goya, Madrid, Nº 289-290, julio-octubre de 2002,129-137. pp.267-286.Disponible en: https://www.ugr.es/~rgutierr/PDF1/166.pdf

Kahatt, S. (2004). Historia teoría y crítica de la arquitectura peruana en el siglo XX. Arquitectos, 30, [fecha de Consulta 24 de septiembre de 2022]. Disponible en https://revistas.urp.edu.pe/index.php/Arquitextos/article/download/2453/2516

Mariátegui, J. (1979). 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. Biblioteca Ayacucho.69.https://centroderecursos.cultura.pe/sites/default/files/rb/pdf/mariategui_7_ensayos.pdf

Moretti, A (2012). El neocolonial en la Argentina a través de recorridos. Jornadas Nacionales de ICOMOS, 1-15. [fecha de Consulta 20 de septiembre de 2022]. Disponible en: https://um.edu.ar/wp-content/uploads/2012_-_Chiarello_Moretti_-_ICOMOS.pdf

Ramón, G. (2014). El guion de la cirugía urbana: Lima 1850-1940. Ensayos en ciencias sociales, 9, 1-33. https://www.researchgate.net/publication/335083136

Ramos, H. (2016). La reforma neocolonial de la plaza de Armas. Modernización urbana y patrimonio arquitectónico en Lima, 1901-1952. Histórica, 40(1), 102-142. https://doi.org/10.18800/historica.201601.004

Vargas Hernández, J. (2005). Neocolonialismo, resistencia, crisis y transformación del estado. Revista Internacional de Ciencias Sociales y Humanidades, SOCIOTAM, XV (2),155-183. [fecha de Consulta 24 de septiembre de 2022]. ISSN: 1405-3543. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=65415210

 

 

 

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